Desde que en 2004 se creó la Asociación Gallega de Empresas de Ingeniería, Consultoría y Servicios Tecnológicos (Ageinco), Marta Gallego ocupa el cargo de secretaria general de la entidad. Es licenciada en Derecho y Máster de Dirección y Organización de Recursos Humanos por la Escuela de Negocios de CaixaVigo. Ejerció la abogacía desde 1995 y, tras la incorporación a Ageinco, mantuvo esta actividad a tiempo parcial hasta 2009, año que asumió plena dedicación en la asociación, que iniciaba entonces una fase mucho más activa en la defensa de los intereses de un sector clave para la economía gallega moderna.
¿Ser mujer limitó o perjudicó en algún momento sus relaciones laborales o su promoción profesional?
Mi vida profesional ha transcurrido ejerciendo como abogada desde que acabé la carrera hasta que, en el 2004, comencé a trabajar en Ageinco. Durante estos años nunca he sentido limitación por mi condición de mujer, ni en la abogacía ni en mi relación con el mundo de la ingeniería.
Vivimos días turbulentos, ¿qué se puede hacer para que el horizonte se despeje?
Lo peor de esta época de crisis que ha padecido el sector de la ingeniería han sido las perjudiciales condiciones de contratación. Estas provocaron la valoración de los trabajos muy a la baja. Esperamos que, con la nueva ley de contratos del sector público, que entra en vigor el 9 de marzo, los precios puedan controlarse y se paguen cantidades más justas y razonables que las que se ofrecieron hasta el momento. Últimamente las administraciones –principal cliente de un ámbito de la ingeniería– han considerado el precio como único criterio de adjudicación de los trabajos y, eso es un error muy grande, pues provoca sobrecostes a la hora de ejecutar los proyectos.
Casi todas las personas que triunfan se han encontrado en su camino con mentores, profesores, familiares o amigos que han tenido una influencia decisiva en su vida. ¿Es su caso?
He tenido a mi lado siempre a gente valiosísima con la que he trabajado durante estos años en la asociación. He aprendido mucho de directivas y directivos que han sabido paliar los momentos difíciles. Provengo del mundo de la abogacía, sin embargo, el perfil de los ingenieros me resulta mucho más atractivo y de todos los que han dirigido la asociación he aprendido algo. Por supuesto de unos guardo mejor recuerdo que de otros, pero lo mejor es que mantengo grandes amigos gracias a mi vida profesional y de ellos sigo aprendiendo hoy en día.
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